Estatua ecuestre sobre fondo rojo

No hace mucho que el gobierno decidió la retirada de las estatuas del dictador Francisco Franco de varias plazas de ciudades españolas, y claro a la derechona se le hincho la vena que le alerta de que el "comunismo separatista y antiespañol" andaba cerca y los "judeo-masones" se frotaban las manos una vez más.
Al grito de "¡Santiago y cierra España!" a la derecha española se le volvió a ver el plumero autoritario y las simpatias por el régimen anterior, y sinceramente no lo entiendo. Los mismos que se felicitaban y celebraban por todo lo alto el derribo de la estatua de Sadam Hussein en Bagdag se rasgan las vestiduras por el desmantelamiento de la de nuestro dictador local muerto hace 30 años. ¿Es que no todas las dictaduras son iguales? o es qué como a Franco no lo derrocó ningún comando especial de marines resulta que era una "dictadura buena".
Se ha acusado al gobierno de alentar la crispación y remover lodo del pasado... pero digo yo ¿la mierda no hay que limpiarla por el mero hecho de que ya está seca?.
El lider de la oposición, visiblemente indignado, aseguró que las calles de las ciudades estaban plagadas de nombres y estatuas de personajes que habían hecho mucho más daño que Franco. No dudo de que dicha afirmación sea cierta, es más, la comparto, seguramente hicieron mucho más daño Felipe II o Hernán Cortés, lo que ocurre con la estatua de Franco no es un problema de inmadurez democrática como quieren ver algunos ante las manifestaciones de viejos nostálgicos y jovenes descerebrados, en el momento del retiro de la estatua; sino que se trata de una falta de perspectiva histórica. Tal vez dentro de 150 años o 200, estemos preparados para mirar con indiferencia hacia una estatua de Franco tal y como lo hacemos hoy en día ante una de Carlos III pero no ahora.
Los dictadores una vez muertos o derrocados han de estar en los libros de historia pero no en las calles o en la plazas porque sino jamás dejarán de estar presentes lo cual les impedirá convertirse en pasado y la sociedad no podrá nunca mirar al futuro.