El cuaderno de Velasias
viernes, febrero 04, 2011
Crisis y represion social
jueves, febrero 04, 2010
El Patio es lo que nos deben
El día 5 de enero del presente año, la policía nacional procedía a ejecutar una orden de desalojo dictada por un juzgado de instrucción de Madrid, de cuyo número no quiero acordarme, contra el Espacio Polivalente Autogestionado “El Patio Maravillas”. Con dicha acción se devolvía a su legítimo especulador la posesión del inmueble, que tras 10 años de abandono, durante los 2 últimos se había convertido, contra todo pronostico de la pepera ciudad de Madrid, en un referente cultural, político y social del Estado español.
La propuesta del Ayuntamiento
El señor Ruiz Gallardón, a la sazón alcalde de la muy noble y leal, y también pacata ciudad de Madrid,ofreció con su candidez e interés velado habitual, que los okupantes del Patio solicitaran subvenciones para sus actividades y se presentaran a concursos públicos. Ni que decir tiene que la carcajada de la asamblea okupa fue sonada. Nuestro primer edil, bien por estupidez bien por ignorancia, sugirió que era posible mezclar agua con aceite, desafiando toda ley humana y divina.
La idea
El Patio ha representado, y sigue haciéndolo en su nuevo espacio de la calle Pez 21, una alternativa a la ciudad que nos imponen, al modelo de organización ciudadana que la dictadura del rodillo parlamentario municipal nos vende.
Es una reivindicación de otra forma de ser ciudadano. De otra forma si, pero que no excluye, que no impone, que no mira por encima del hombro, que camina preguntando, y que representa, si se quiere, a una minoría de la sociedad civil madrileña pero que actúa con más corazón y cabeza que la mayoría que cada cuatro años va a depositar su voto, y con él su vida, a las urnas habilitadas al efecto, para luego dormir “el sueño de los justos” mientras su única contribución a la sociedad es criticar cada día lo mal que está todo frente a las noticias del telediario.
El Patio es la esencia del ser humano cuando se pone codo con codo con otro ser humano; es el espacio de la utopía, no de la posible sino de la necesaria, porque eso es la auténtica revolución, hacer posible lo necesario; es la evidencia palpable de la colectividad, de sus aciertos y de sus errores, pero todos juntos.
Los políticos de turno, los funcionarios mandaos, los policías serviles, los jueces inconscientes, los vecinos tristes, los jóvenes del polo de Lacoste y tantos otros no entenderán como alguien puede apoyar a unos “vagos y maleantes” que no respetan la propiedad privada.
No entenderán quien puede “mal gastar” la vida en un proyecto colectivo, que por su naturaleza es desde su nacimiento efímero… pero no, el proyecto del Patio, su idea, no es efímera, todo lo contrario, lleva siglos, tal vez milenios funcionando. Es el eterno intento humano de vivir en sociedad y gestionar de manera autónoma su vida, su existencia.
El Patio es darle un espacio al arte, a la cultura, a la música, a la justicia social, a la palabra, a la naturaleza, a la ciudad…
El Patio, es lo que nos deben.
jueves, noviembre 05, 2009
Aqui estamos, aqui seguimos...
lunes, mayo 19, 2008
sábado, mayo 13, 2006
La democracia del espectador
La juventud no quiere participar en política y esto se debe, a mi modo de ver, por un lado a la carga de connotaciones negativas que durante años la clase política se ha empeñado en dar a dicho término, aireando las vergüezas de propios y extraños y mostrándonos la cara mas truculenta de la ciencia política; por otro lado la ciudadanía en general y la juventud en particular no participa en política porque sencillamente no ve necesidad de hacerlo. El "estado del bienestar" ha derivado en el "estado de la desidia". Los pasivos ciudadanos se han conformado con dejar de serlo y han pasado a ser meros administrados, consumidores y recursos humanos, que al parecer no tiene el más mínimo interés en participar en el "gobierno de la polis"; ¿para qué?, si para eso tenemos una democracia representativa. Una vez más la "libertad de los modernos" nos deja tiempo para consumir y olvidarnos de que formamos parte de una misma sociedad de la que hemos declinado nuestro derecho (y por qué no decirlo, deber) a participar e involucrarnos en su funcionamiento, en favor de una nueva carcasa para el movil u otro modelito de primavera-verano.
Los partidos se han apuntado al "catch all party" y se han repartido los jirones ideológicos de las distintas políticas que se han ido desprendiendo de la historia del siglo XX. No es que hallan muerto las ideologías, es que se han unificado y como consecuencia han dado lugar a un engendro político que se debate entre el neoliberalismo, la socialdemocracia, la economía de mercado y la demagogía centrista que no se atreve a mojarse el culo. El "mercado de las ideas" es hoy en día un "bazar de oportunidades" donde la democrácia está de rebajas.
Con este panorama tan difuso, no es de extrañar que los jovenes (y no tan jovenes) no quieran participar en política; ¿cómo lo van ha hacer si no saben siquiera cual es su ideología?. O eres de centro o no sales en la foto y cuando todo el mundo piensa igual, adiós a la democracia. Algo falla.
La jueventud no quiere participar en política porque no siente que lo necesite. No quiere meterse en follones. Opina que las cosas están bien como están y seguirán estandolo. Sólo entiende de futbol y diversión, el resto ya lo harán otros.
Así nos luce el pelo, pero en fin... es lo que hay.
domingo, febrero 05, 2006
¿Exitió Jesucristo?
Flavio Josefo, ofreció en su obra una mención concreta al Galileo, pero se demostró hace tiempo, tras rigurosos estudios filológicos que dichas referencias no eran más que añadidos posteriores al texto original hechos por anónimos escribientes afectos a la doctrina literal de la iglesia.
No existen referencias en los textos romanos al nacimiento, vida o lo que es peor, muerte de un tal Jesús de Nazareth. Y digo que es peor que no existan referencias a su muerte, porque según los evangelios fue mandado ejecutar por un "procurador" romano, sin embargo no existen, o al menos no se han conservado, documentos referentes a ese proceso, hecho absolutamente desconcertante en un imperio que inventó la burocracia, el derecho y que tenia tendencia a reflejar por escrito hasta el más mínimo detalle de lo que ocurría en sus dominios y con más razón si el hecho afectaba a revueltas, sublevaciones o disidentes.
La pena de muerte ejecutada en la cruz era un castigo romano. Es decir solo las autoridades romanas podían ordenarlo y por lo tanto dicho castigo era aplicable a los reos que habían atentado contra la leyes romanas y más especialmente para el caso de rebeldes. El imperio romano no aplicaba su derecho a los territorios que conquistaba, es decir, no llegaba y eliminaba los derechos o costumbres legales de las tierras que conquistaba, sino que dejaba que dichas normas pervivieran puesto que consideraban su derecho como un privilegio reservado a los "ciudadanos romanos"; ciudadanía de no fácil adquisición por otro lado.
Jesucristo por tanto sólo podía ser ejecutado en la cruz si había atentado contra Roma o sus leyes, nunca como proponen los evangelios a petición de los sumos sacerdotes judíos que por otro lado podía disponer la muerte por lapidación (en la Biblia se menciona alguna) para el caso de atentar contra las costumbres judías y el caso de blasfemia del que fue acusado Jesús era un cargo más que suficiente para ser ejecutado de tal manera.
Por lo tanto si Jesús murió en la cruz fue por suponer un peligro para Roma y para la estabilidad de su imperio en la zona.
Según las escrituras toda Jerusalén celebró la entrada de Jesús en la ciudad; población que por lo visto días más tarde clamó por su muerte (incomprensible, no... increíble). ¿No se sentiría Roma amenazada por la llegada de un líder revolucionario a la ciudad?. Los seguidores de Jesús, sus "apóstoles" portaban armas (así lo señala la Biblia: Juan 18, 10) ¿Por qué?.
Algunos de sus discípulos eran Zelotes, tribu judía marcada por su agresividad hacia la ocupación romana y que protagonizaron, pocos años más tarde de la supuesta muerte de Jesús, una violenta revuelta que culminó con una feroz y fatal resistencia en la fortaleza de Massada.
En lo que se refiere a lo que supone la crucifixión, la muerte sobreviene por asfixia. La posición de estar colgado por los brazo hace que por el peso del cuerpo el pecho apriete contra la caja torácica y cada vez sea más difícil respirar hasta que finalmente se produce la asfixia. Esta asfixia se puede evitar en gran medida si apoyas los pies sobre algo, y ciertamente los crucificados estaban también clavados por los pies, por dicha razón se les quebrantaban las tibias (Juan 19, 32), cosa que no ocurrió con Jesús, como el propio evangelio de Juan reconoce (Juan, 19, 33), confesión ésta que probablemente obligo más tarde a añadir a dicho pasaje el episodio de la lanzada, puesto que dicha circunstancia sólo se relata en el mentado evangelio de Juan. Además, a propósito de dicho "puyazo" afirma la Biblia que Jesús era ya cadáver cuando se produjo, y que tras él comenzó a brotar sangre, cosa inaudita en un cuerpo cuyo corazón a dejado de bombear sangre.
La muerte en la cruz es una muerte lenta, pudiendo llegar a durar días en el cuerpo de una persona joven y sana como se supone que lo era Jesús. Según la Biblia, la muerte del Galileo sobrevino en apenas 3 horas (Lucas 24, 44), ciertamente podemos achacar esto al proceso de salvaje tortura previo a la crucifixión, que las escrituras narran. Torturas que avalan una vez más la tesis de un Jesús revolucionario, puesto que dicha tortura sólo podía responder a los expeditivos métodos interrogatorios romanos. ¿Qué querían saber las autoridades romanas?.
lunes, noviembre 14, 2005
Los nadie se revelan
Son las 12:21 horas de la noche. A esta hora es muy probable que ardan ya las hogeras en Paris. Ah, Paris, siempre nos quedará París. Ciudad épica, de nombre mitológico donde ya metidos de lleno en el siglo XXI, los "indigenas" parecen que quieren incendiar la Metropolis. De nada servirá que salga el ministro del interior, a condenar la violencia o a repetir arengas patrioticas que apelen a los valores republicanos, "los nadie" quieren su parte.
Habrá quien pretenda cargarse de razón y envuleva su conciencia en el viejo lema de que "la inmigración genera delincuencia", y con esa venda en los ojos se iran a dormir tranquilos porque su coche está asegurado a todo riesgo.
El proceso es al revés: "la delincuencia genera inmigración". La delincuencia es la de los grandes bancos y sus inversiones en bolsa; la delincuencia es la de las grandes multinacionales y sus paraisos fiscales; la delincuencia es la la corrupción de los políticos y su sillón de diputado; la delincuencia es la del cinismo del "petroleo por alimentos", es la guerra, es el hambre, la enfermedad, la incultura; la delincuencia es morir o matar por un puñado de tierra, la de la fe ciega en un dios colérico; la delincuencia son los sueldos miserables, los trabajos alienantes, la precios proihibitivos; la delincuencia es no tener tiempo para quejarme o ni si quiera tener tiempo para pensar si debo quejarme; la delincuencia es creer que la diversión está en un vaso de wishkey y la felicidad en un partido de futbol. Esta es la delincuencia, esta es nuestra inmigración y nuestra pobreza. Los coches que cada noche comienzan ha calcinarse en Europa, los incendiamos nosotros. Pero calma, no llegará la sangre al Sena, esto es solo un estornudo de los desheredados de Europa para que sepamos que están ahí. Ajenos al talante negociador, han optado por la politica del puñetazo en la mesa, les daremos un pañuelo para sonarse los mocos y que la gripe se la curen ellos como puedan.
Sus rostros, sus gritos y sus exigencias durarán en nuestra memoria, lo que dura la imagen en la televisión o el titular en los periodicos, después alguien en algún despacho de algún palacete de verano, rodeado cortesanas y bufones, decidirá que el espectáculo se ha terminado y los detenidos en los disturbios serán expulsados a sus "Jaimas" de África para obligarles a saltar "la valla" de nuevo dentro de seis meses.
Los "sans culottes" nunca ganarón la revolución. En Paris ya no es primavera, pero como quería Hitler, hoy si arde.