sábado, mayo 13, 2006

La democracia del espectador

Pasividad. El sindrome "no sabe-no contesta" se extiende a un ritmo vertiginoso entre la juventud de nuestra sociedad. Esa juventud que en otras épocas fue simbolo de inconformismo u rebeldía ha sido hábil y calladamente domada, para no tener opinión o al menos no expresarla. Esta es la democracia de nuestros días, el consenso es facil cuando solo hablan unos cuantos.
La juventud no quiere participar en política y esto se debe, a mi modo de ver, por un lado a la carga de connotaciones negativas que durante años la clase política se ha empeñado en dar a dicho término, aireando las vergüezas de propios y extraños y mostrándonos la cara mas truculenta de la ciencia política; por otro lado la ciudadanía en general y la juventud en particular no participa en política porque sencillamente no ve necesidad de hacerlo. El "estado del bienestar" ha derivado en el "estado de la desidia". Los pasivos ciudadanos se han conformado con dejar de serlo y han pasado a ser meros administrados, consumidores y recursos humanos, que al parecer no tiene el más mínimo interés en participar en el "gobierno de la polis"; ¿para qué?, si para eso tenemos una democracia representativa. Una vez más la "libertad de los modernos" nos deja tiempo para consumir y olvidarnos de que formamos parte de una misma sociedad de la que hemos declinado nuestro derecho (y por qué no decirlo, deber) a participar e involucrarnos en su funcionamiento, en favor de una nueva carcasa para el movil u otro modelito de primavera-verano.
Los partidos se han apuntado al "catch all party" y se han repartido los jirones ideológicos de las distintas políticas que se han ido desprendiendo de la historia del siglo XX. No es que hallan muerto las ideologías, es que se han unificado y como consecuencia han dado lugar a un engendro político que se debate entre el neoliberalismo, la socialdemocracia, la economía de mercado y la demagogía centrista que no se atreve a mojarse el culo. El "mercado de las ideas" es hoy en día un "bazar de oportunidades" donde la democrácia está de rebajas.
Con este panorama tan difuso, no es de extrañar que los jovenes (y no tan jovenes) no quieran participar en política; ¿cómo lo van ha hacer si no saben siquiera cual es su ideología?. O eres de centro o no sales en la foto y cuando todo el mundo piensa igual, adiós a la democracia. Algo falla.
La jueventud no quiere participar en política porque no siente que lo necesite. No quiere meterse en follones. Opina que las cosas están bien como están y seguirán estandolo. Sólo entiende de futbol y diversión, el resto ya lo harán otros.
Así nos luce el pelo, pero en fin... es lo que hay.

1 comentario:

sinnombre dijo...

Hola, pasando a saludar y tambien para invitarte a que pases y veas mi blog a ver si encuentras algo de tu agrado y si te gusta intercambiemos enlaces, una suerte de fucionar dendritas o algo asi diria yo,je.
Saludos y hasta la proxima.